Pusimos el despertador a las 5’50, tocaba madrugar porque hoy había que coger un vuelo. Duchas, desayuno en la habitación, recogimos lo poco que quedaba, cerramos maletas, y ya bajamos para hacer el check-out (en una máquina y fue súper sencillo) y a las 7’20 ya estábamos pidiendo un Lyft (20’96 $), para que nos llevara al Aeropuerto Dallas Love Field, que estaba a unos 20 minutos.
Una vez en el aeropuerto, buscamos las máquinas de auto facturación de Southwest Airlines, pero como te dejan en la puerta de la compañía, estaban nada más entrar. No tiene ninguna dificultad hacerte tú mismo la facturación, pero de todas formas allí hay personal que te ayuda, y vigilan el peso de las maletas también. Luego pasamos el control, y en 15 o 20 minutos ya teníamos hechos todos los trámites.
El vuelo salió puntualmente a las 10’00 y aunque la hora prevista de llegada era las 11’10, el vuelo duraría 40 o 50 minutos. Una vez en la terminal las maletas tardaron 10 minutos, y ya pedimos el Lyft (32’09 $) para que nos llevara al último hotel del viaje.
Tardaríamos poco más de 20 minutos hasta el hotel, cuando llegamos al Club Quarters Hotel Downtown, hicimos el check-in y ya nos dieron la habitación, que nos vino genial para instalarnos y dejarlo ya todo en su sitio.
Luego salimos a dar una vuelta y a por algunas provisiones para los desayunos en la habitación, para nosotros es un buen plan desayunar así. HOUSTON son todo rascacielos, y más en la zona que estábamos, en pleno Downtown. Aunque hacía calor, no se estaba mal, porque en las calles había mucha sombra.
Fuimos a comer cerca del hotel a Murphy's Deli, lo elegimos porque era de bocatas, pedimos el de Chicken con Pesto, que acompañados de unas bolsas de patatas fritas y refrescos, costó 31’89 $. La verdad que bastante ricos los bocatas.
Volvimos al hotel a descansar un rato y a las 3’30 salimos, a un par de minutos teníamos la parada Central Station Main donde para la línea roja de tranvía que en 30 minutos nos dejó en Stadium Park/Astrodome; es una forma estupenda de llegar, y los billetes valen 1’25 $.
Y ya llegamos al HOUSTON LIVESTOCK SHOW AND RODEO, que era uno de los platos fuertes del viaje. Tras pasar el control de seguridad, fuimos al recinto NRG CENTER, donde puedes ver animales recién nacidos, los ganaderos venden su ganado, se puede comprar coches, ropa, botas, y supongo que todo lo relacionado con un rodeo y su vida actual.; aquí estaríamos alrededor de una hora.
Luego salimos por la zona de feria propiamente dicha, y dimos un paseo; nos compramos un refresco (por supuesto con su vaso tematizado) porque el calor apretaba.
Cuando vimos que quedaban 20 minutos para abrir puertas nos pusimos en cola, y puntualmente a las 6 de la tarde abrieron. Una vez en dentro del NRG Stadium (donde juega el equipo de NFL, Houston Texans), fuimos a localizar nuestros asientos y dimos una vuelta, pero es que al poco ya comenzaba; el estadio es bastante grande y llegar a tu zona lleva su tiempo.
El RODEO es un no parar de pruebas, este ya era competición verdadera, aunque estaban al principio [Super Series III - Round 1], ya que el rodeo finalizaba el 23 de marzo. Además no hay ningún descanso ni nada, si quieres ir al baño o al bar te tienes que dejar alguna prueba, fueron unas dos horas de rodeo. Y como era de esperar nos encantó todo, las pruebas, el ambiente, el estadio, todo.
![]() |
Riquísimo!. Fue una recomendación del que nos atendió |
Al finalizar el rodeo, en unos minutos mueven el escenario que está en un lateral, al centro, y casi sin darte cuenta aparece en el centro.
![]() |
Esto te lo dan al entrar al rodeo |
Y casi sin darte cuenta comienza el CONCIERTO, en un escenario circular con forma de estrella que va dando vueltas (cada canción y poco ha dado la vuelta). El concierto de ese día era de Brad Paisley, que es mi cantante de country favorito, como lo disfrutamos (sobre todo yo), como saben venderlo todo, y que derroche de luces, lo único malo es que parece que el cantante no tenía su mejor día, pero bueno espectáculo fue y duró cerca de hora y media; aquí su play list de ese día. Después de más de tres horas continuas de espectáculo salimos encantados, diciendo “no me importaría volver”.
Al acabar nos tomamos la última cerveza y nos fuimos hacia el tranvía, donde a pesar de no hacer mucho calor nos pusieron el aire acondicionado a tope; durante el trayecto no sabemos porque, se interrumpió por algo y estuvo un rato parado. Al final llegamos al hotel sobre las 12’30, directos a dormir pero encantados con el rodeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario